“Una nación permanece fuerte mientras se preocupa de sus problemas reales, y comienza su decadenciacuando no puede ocuparse de los detalles accesorios”...
>>>Arnold J. Toynbee.-
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Cualquiera pudiera pensar que un país que se atreve a postularse, ganar las candidaturas y organizar los eventos deportivos más importantes de este planeta; sea una nación plenamente próspera, y en la que sus pobladores viven repletos de bienestar y satisfacciones. Pero este espejismo se desvanece cuando volteamos la mirada hacia nuestro gigante vecino del sureste. Las noticias de primera plana en Brasil y el mundo no son precisamente los goles de Neymar o la goleada de España a Tahití. La indignación de millones de personas le ha robado el protagonismo a la fulana Copa Confederaciones. Un torneo que comenzó con un gran tropiezo, la soberana pita de un estadio completamente repleto a la presidenta Roussef en el acto inaugural. Ahí todo indicaba que la cosa no iba muy bien. No se había dado el puntapié inicial, cuando los principales rincones del país amazónico se revolucionaban, y desde entonces no han parado.
El descontento se ha hecho sentir de manera dramática e histórica en las calles de la nación del “Ordem eProgresso”. No creo ser el único admirando la firmeza de ese pueblo que se aferra a sus exigencias, pero tampoco puedo quedarme con la duda del porqué esperaron hasta menos de un año para el Mundial de Fútbol, y menos de tres para los Juegos Olímpicos; en fin, me di a la tarea de averiguar las razones de aquella furia, y lo que me encontré fue esto: aumento del pasaje, corrupción, represión, transporte de calidad, gratuidad del transporte, y los políticos son las principales razones de las violentas protestas. Uno puede pensar, y por eso protestan??. Pero más me sorprendió ver que el 84% de los manifestantes repudia los partidos políticos, el 77% tiene grado de educación superior y el 53% tiene menos de 25 años.
Seguro estoy que la FIFA y el Comité Olímpico Internacional andan mirando con amplio temor todos estos acontecimientos. Nadie puede negar los beneficios y ganancias multimillonarias que dejan para un país esos tremendos espectáculos deportivos, pero también creo que los brasileños tienen enormes sospechas que bolsillos macabros y corruptos de aquella izquierda obrera se lucrarán ellos solitos de todos los frutos provenientes del árbol Mundialista y Olímpico. He allí la acérrima furia auriverde. No ha valido ni la suavidad del Bossa Nova, ni la Alegría Carioca ni el Jogo Bonito.
Y mientras tanto nosotros que hacemos?? Ver los jueguitos de fútbol!!! Porque aquí todo está de maravilla.
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Aunque parezca tarde, o parezca injusto, recuerda: siempre fue mejor así.
#chaitopues @OmarCharcousse
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