martes, 3 de septiembre de 2013

LO VOLVIÓ A HACER.

Por alguna montaña, 1ero. de Septiembre 2013.

“Tanta prisa tenemos por hacer, escribir, y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir”…
>>>Robert Louis Stevenson.-

Bueno señores y ya llegamos al noveno.  No es que me esté refiriendo precisamente al último episodio de un juego de pelota, es que sin compasión alguna el año que vamos cursando, sin freno alguno se empeña en irse, pareciera que se le ha contagiado el mismo apuro y ritmo desenfrenado con el que vivimos nuestros días.  Un año que nació golpeado, y se le sigue azotando.  A veces creo que hasta al calendario le da temor pasar por Venezuela, aquí no sólo se le golpea con puentes, sino que se le estudia, planifica, se le calcula la inflación acumulada, y hasta se le divide en períodos electorales y efemérides “revolucionarias”.  En algún momento leí que la vida se vive un día a la vez, ¿ponemos en práctica eso?, les aseguro que si nos preocupáramos más por recorrer el Hoy, en vez de angustiarnos por la próxima semana, el próximo mes, o el año que viene, bajaría la angustia y la fobia por el almanaque.
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Tantas palabras positivas que comienzan con la cinco letras “Magni”,  magnífico, magnitud, magnificiencia, magnificar, magnificamente, por sólo citar algunas.  Pero aquí nos empeñamos en buscar la más estrambótica, ensordecedora e intimidante: Magnicidio.  Palabra que forma parte ya de un disco rayado, o película repetida de los domingos en venevisión.  Un libreto calcado con el que se busca desviar toda la atención a lo que en realidad aqueja el día a día del ciudadano común.  Volver a escuchar más de lo mismo en alocuciones y cadenas audiovisuales te hace pensar que el ocio te lleva a inventar más de la cuenta, y yo que creía que siendo presidente se tenía demasiado trabajo.  Lo cierto es que se tiene muy poco tiempo de planear un magnicidio mientras se pierde medio día en el intento de hacer cualquier compra, y por supuesto mientras se busca creativamente como rendir el sueldo cada vez más diluido.  ¿Y donde dejan los magnicidios cometidos por el hampa?
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Cualquiera puede inventar o equivocarse al hacer meción de frases de algún libro empolvado y abandonado en casa al que ni siquiera se le ha pasado del prólogo.  Quienes escuchen el improvisado invento logran creerlo con facilidad.  Pero quien ose hacer lo mismo con una cita de la Biblia, libro que además de sagrado es ampliamente conocido hasta por niños de catecismo, corre el riesgo mundial de pasar una vergüenza grotesca, bueno, si es que la tiene.  Con esto del milagro de la multiplicación de pan y peces, ya no hacen falta comentarios adicionales, solamente decir:  lo volvió a hacer.
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Aunque parezca tarde, o parezca injusto, recuerda:  siempre fue mejor así.
#chaitopues    @OmarCharcousse

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