martes, 29 de octubre de 2013

SEÑOR AGENTE.

Por la Noche, 27 de Octubre 2013.

“Nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie conoce perfectamente al otro…”
>>>Thomas Browne.-

Una de esas noches en la que voy rodando a casa, por cosas de aglutinamiento de las vías, que ya es normal a cualquier hora del día, tuve que saltearme a lo que llaman vía alterna, después de más de 13 horas fuera de casa, que tanto era alargar la jornada treinta minutos más.  Por el camino secundario que rodaba apareció un agente policial, raso, porque ninguno de alto rango estaría en una esquina después de las ocho de la noche; -se viene una alcabala dije, me dispuse a la rutina de bajar el vidrio, encender la luz interna para limpiar cualquier sospecha y no tener que explicar que voy terminando mi día laboral y deseo llegar a mi casa, al encuentro amoroso con mi cena –situación que ya me ha pasado.

La primera sorpresa vino cuando el señor agente lo que hizo fue saludarme y solicitarme “la colita” para “ahí alantico”.  No se si fue el cansancio mental que yo llevaba, o el rostro de preocupación del señor agente, pero yo accedí.  El desvío fue más de la cuenta al calculado en un principio.  En el minuto siguiente, la preocupación me invadió exaltado de pensar: y si este pana no es policia??, o sí es policia pero de aquellos que ya han perdido toda ética y se dedican a las fechorías??.  En fin, ya estaba montado, y yo que intentaba hacer una mini entrevista, quedaba corto de palabras, casi al tartamudeo.  Vino a mi mente la invocación a cada santo que recordaba.  Luego, un segundo asombro, al señor agente, que poseía una moto, se la habían detenido, cosa ilógica.  Me dijo que no quiso pagarle algo de más a otro oficial, que sí tenía malas mañas.  Les confieso que en el tono de voz y en su historia había plena credibilidad, ya yo sabía que no corría peligro con mi copiloto, intuición que llaman.

Yo preguntaba si nos acercábamos a su destino, me señalaba que allá donde estaban aquellas luces era, y decía que lo dejara lo más cerca posible; porque esa carretera era demasiado peligrosa, sin luz, y más si lo veían con uniforme policial. –Me confesó: por aquí matan a los que ven vestidos así.   Lo cierto es que el caballero vivía a dos horas de donde tenía que ir a buscar su moto decomisada, para luego rodar en ella un par de horas más a otro destino donde debía cubrir su guardia, todo esto a las nueve de la noche y solo.
Al dejarlo en las coordenadas indicadas, me asienta: -fíjese como aquella gente se va a asustar cuando lleguemos en un carro desconocido. Y en su despedida soltó un –Que Dios le pague y lo acompañe.

Señores así andamos, desconfiamos hasta de un señor con uniforme de ley. Que predispuestos nos tiene el país.  Ellos, mal tratados por su trabajo, tienen que enfrentarse a inclemencias y abusos de poder, tampoco se escapan.  Es así como tuve la oportunidad de conocer al Señor Agente.
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Aunque parezca tarde, o parezca injusto, recuerda:  siempre fue mejor así.
#chaitopues    @OmarCharcousse

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