viernes, 9 de agosto de 2013

SALUD POR KALÚ.

Desde la Barra10 de Agosto 2013.

Quienes se lanzan a la aventura de comunicar entreteniendoy lo logran, su legado perdurará eternamente…”
>>>Digo yo.-

Muy pocas veces, por no decir nulas, el entorno de un lugar que se acostumbró por naturaleza propia a brindar entretenimiento en altas y concentradas dósis;  tiende a envolverse en un aroma de nostalgia y melancolía.  Esto, sólo pudo haber ocurrido en lugar que dejó de ser sitio nocturno para convertirse en el Templo donde generaciones enteras crecieron diciendo:  “Kalú, Demasiado Grande”!!  Y hoy, en la noche que sonará el último compás de su Dj, en la que despedimos su última temporada, he querido recordar parte de ese legado.

Soy de los pocos afortunados que presenció los inicios de un sueño.  Sus creadores, a quienes admiro, estimo y respeto, William Moreno y Marianella “Nelita” Valero.  En lo particular porque mis primeros pasos en la comunicación estuvieron rodeados de los consejos de William, hombre de Radio y de donde seguramente proviene ese arte de entretener, que junto a “Nela”, hizo química perfecta de sociedad.  A mi mente se vienen aquellos momentos de estudiar desde el logo, nombre, y hasta el estilo de ese lugar que hoy estamos despidiendo.  Igualmente fuimos pocos los dichosos de estar en aquella primera noche, esa misma en la que ni los buenos augurios de los presentes, ni mucho menos sus autores se imaginarían que iban a conseguir una década de éxitos plenos. Jamás olvidaré aquellos cuadros que servían de decoración con fotografías de bebés, algo tiernas para lo que allí adentro sucedía.  Esa noche hubo música en vivo, -trova cubana, jazz y boleros-, porque sí, ese era el ambiente de Kalú en sus inicios, adulto contemporáneo que llaman, para no llamarlos mayores.  Y hasta servcio de restaurant había.

Si nos pusiéramos a desglosar la palabra “Templo”, tendríamos que irnos hasta la antigua Grecia, donde nacieron estos edificios sagrados, y según las leyendas, se tenía una conexión directa con el Cielo.  Es que para la mayoría así ha sido Kalú, un lugar sagrado.  Los Kaluseros han conocido en el Templo a sus amores y desamores;  ha servido para el reencuentro de muchos, para ser escenario de cantantes y artistas;  desde integrantes de Guaco, hasta actores, actrices, modelos, Dj’s de renombre, animadores y locutores nacionales;  para cumpleaños, celebraciones de 15 años, despedidas de solteros y pare de contar.  Escenografía de programas de TV y de videos musicales.  Por ahí han pasado un par de mundiales de fútbol, unos cuantos partidos amistosos y oficiales, una vez fui testigo de un San Benito con tambores y todo luego de una victoria Vinotinto.  También acabo de recordar una noche en la que la electricidad se esfumó, y en vez de irse la gente ocurrió todo lo contrario, el percusionista de tarima comenzó a tocar sin microfonos, y el ambiente se tornó de tal manera, que los que pasaban querían entrar, y los que estaban adentro no daban ni la más mínima muestra de querer salir.  Se vienen muchos otros recuerdos, pero la mayoría no son aptos para ser contados por esta vía.

Todos han querido conocer Kalú, hasta el más escéptico y asocial. La curiosidad de ver en persona el lugar de las rumbas en Valera ha invadido hasta a los abuelos, que se dejaban colar en las fiestas infantiles de sus nietos, porque sí, piñatas también se tumbaron en esas instalaciones.  Las agrupaciones musicales del estado Trujillo, daban el gran salto, conseguían el respeto absoluto solamente si formaban parte del cartel de noches en Vivo de Kalú.

A Valera la conocen por sus siete colinas y por Kalú.  Así como les digo, en diferentes puntos de Venezuela y fuera del país también preguntan:  en Valera hay un lugar pequeñito pero a donde va todo el mundo??

Pudiéramos pensar que el secreto del éxito de Kalú ha sido su evolución y adaptación a los tiempos. Muestra de ellos son los padres que comenzaron rumbeando allí, y le pasaron el testigo a sus hijos, quienes continuaron rigurosamente con la tradición Kalusera.  Todo esto con la buena escogencia de William y Nelita del personal que los ha apoyado.  Todos sin exclusión alguna han sido unos personajes que se han ganado el cariño de los clientes, para ellos también mi abrazo y mi respeto, y muchos han crecido profesionalmente, seguro estoy que en gran parte por los consejos del “Willy”.  
Ronny, Johan, Martín, Wladimir, Luis, El Alemán, Saulo y tantos otros que pecaré en no recordar, tienen más que merecido un espacio en el recuerdo.

Son muchísimas las memorias, pero contarlas todas convertiría esto en un testamento interminable, con el que no los quiero fastidiar.

Es propicio dedicar este paréntesis a los que ya nos han dejado de este mundo, pero que su alma también perdurará junto al legado de Kalú.  Todos ellos son recordados noche a noche, derrochando alegría, porque en Kalú no había espacio para nada más, litetalmente.  Y el Templo ha servido para mantener esa comunicación constante de aquí al cielo, donde sé que se encuentran en este momento.

Hoy será esa última celebración, la última fiesta de todas, en la que seguramente habrá espacio para una lágrima en medio de la música.
William, Nelita, ustedes escribieron una historia, en la que cada uno de los que pasamos por esas mesas y por esa pista hemos formado parte, y que jamás podremos borrar de nuestras vidas.

Desde esta barra me despido, pidiéndoles que cada vez que levanten su trago, ofrezcan un SALUD POR KALÚ.

Demasiado Grande!!!
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Aunque parezca tarde, o parezca injusto, recuerda:  siempre fue mejor así.
#chaitopues    @OmarCharcousse

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